sábado, 19 de diciembre de 2009

Los años


Cada nuevo año me pregunto ¿a dónde va el tiempo que hemos gastado? ¿Qué se hace, si se convierte en recuerdo esto nos indica que ahí vive en un tiempo que es permanente mientras vivamos para recordarlo? La vida es finita, nosotros, la llevamos en la espalda y sabemos que no iremos más allá de lo que las tres parcas no han dado de hilo. Después de eso ¿qué? ¿Seremos, acaso, almanaques personales almacenando día tras día hechos extraordinarios, anodinos o cotidianos? Y estos libros que cuentan nuestros años ¿irán a parar a alguna enorme biblioteca como la imagino Borges, una biblioteca astral, celestial, laberíntica, mística, ordinaria, mutante?

De cualquier manera, cómo sea que sea, a donde vaya o no el tiempo, a pesar de inventar relojes, calendarios u otras extrañas maneras de medirlo, pesarlo, analizarlo, comerlo o besarlo. Los años son ese tiempo que nos hemos permitido para abrirnos la vida a múltiples oportunidades e infinitos deseos, éstos últimos son gratis y no van ligados al reloj de la mano.

Dejemos, ahora, que comienza un año más, a nuestro cuerpo y a la adrenalina de lo nuevo, de la incertidumbre de lo que se despliegan con todas su posibilidades, nos rejuvenezca, y así como cada año nos hacemos más viejos, ¿por qué no a cada inicio de uno no podemos sentirnos un poco más jóvenes? Los años no hacen ningún ruido. Están ahí y actúan. Esperemos a sorprendernos con su performance…


sábado, 12 de diciembre de 2009

Dos hiperbreves


Aquí un par de hiperbreves que escribí hace tiempo y que quizá les guste, compartiendo un poco...

BROCHETAS

Para Karim Eudave

Mi madre nunca fue buena cocinera. Todo se le quemaba, todo. Literalmente vivimos de las buenas intenciones de su desarmado amor, porque nunca pudo erguirlo, por lo menos en dirección nuestra. Y en esa necesidad idiota de demostrarle al mundo que nos quería, como una cosa natural, nos sentó a la mesa a mí, a mis hermanos, y nos sirvió para desayunar (ya les dije que no tenía ninguna noción en la cocina) su corazón en brochetas, que nos tragamos a la fuerza y a todos nos hizo repetir su mal.

(En Registro de Imposibles, 2da Edición)

 DOBLE NATURALEZA

 Se pensó durante muchos siglos que los lascivos centauros habían sido erradicados del planeta. Y en verdad sucedió así, en cierto sentido, pues dejaron de existir en el movimiento y se vieron condenados a ser tristes representaciones en cuadros, grabados y esculturas. Los que fueron perpetuados de esta forma, y son guardados celosamente en libros, ilustraciones o museos, no resultaron tan astutos como los que optaron por una vida más nómada para seguir satisfaciendo sus apetitos. Me refiero a los centauros que decidieron ser figuras de feria para burlar a sus acusadores. Así, hicieron del subir y bajar en los carruseles, un arte, y dando vueltas literalmente por el mundo, asechar con sus robustos ojos a las doncellas de diferentes latitudes. En ese vaivén aparente, esperaban con paciencia a que la jovencita más dulce, casta y buena subiera sobre su lomo biforme para seducirla sin que ella se diera cuenta. Y en la locura del círculo, cada vez más veloz del carrusel, ante la vista de todos, las hacían suyas. Quizá por eso nunca entendieron los padres porque sus niñas bajaban con el rubor en las mejillas y pidiendo dar otra vuelta en el carrusel…

                                                                          (En Sirenas de Mercurio)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Técnicamente humanos y otras historias extraviadas


Hace trece años escribí mi primer libro: Técnicamente humanos, era 1996 y para ser sinceros me había tardado mucho, no empezaba publicando tan joven como otros escritores de mi generación o de generaciones posteriores, aunque me pregunto ¿qué es una generación? Nunca me ha gustado que califiquen ni que agrupen a los escritores en este tipo de medidas convencionales, pero así es el mundo literario. Finalmente no llevaba prisa, como tampoco la llevo ahora, cada cual tiene un tiempo interno, una vida continuada o vidas paralelas como es mi caso, cada cual escribe a su ritmo y para todos hay lectores que esperan o desesperan. Yo creo que al final del viaje es la honestidad de la escritura la que queda en el recuerdo de los lectores, esa verdad del escritor, que sin ser “La verdad” trasciende en otros interlocutores, quizá porque como decía Virgina Woolf  son ellos los que llegan a ocupar un lugar especial en la estanterías de la memoria, los que uno percibe sinceros en su escritura. Pues a mí también me gustan así y espero llegar a ser una escritora honesta y con una verdad, la propia, por lo pronto sólo escribo.

       Y quizá por ello, quiero pensarlo así, Técnicamente humanos, ha logrado convertirse en un libro que se busca y se encuentra: en alguna librería de viejo, fotocopiado, prestado, y  quién sabe que más laberintos temporales y espaciales surcó para llegar a un sin fin de lectores que ni yo misma llegué a imaginar, y vaya que se me da eso de imaginar cosas. Por ello cuando Miguel Castro me dijo “quiero publicar Técnicamente humanos y junto con él incluir una selección de algunos de tus mejores cuentos, otros inéditos si tienes, quiero hacer un libro que te introduzca en los Estados Unidos.”, acabe por contestarle sin más: “Va”. Debí decirle que ese libro representa para mí mucho, es el principio y ahora con esta publicación el fin de una etapa, la de esa escritura antes y después de perder a mis padres, la de esa escritura de joven nerviosa e inmediata, cargada de imaginación, de reminiscencias a mis lecturas favoritas; pero también la escritura de la transición adolorida, triste y amarga, pero siempre cargada de esa ironía, de ese humor negro que van marcando mis textos más allá de ser algunos fantásticos y otros terriblemente posibles…

     ¿Cuál será la siguiente etapa? No lo sé, no lo pienso, llegará como llegan las tormentas y las calmas. Por ahora: Técnicamente humanos y otras historias extraviadas ya es un hecho, y este 01 de diciembre de 2009 a las  19:30 horas en el marco de la FIL es el pre-lanzamiento. El lugar Primer Piso (Pedro Moreno esquina Escorza). Lo presentan mi amiga y editora Arianna Squilloni, la escritora Elizabeth Vivero y la crítica Diana Andrade Uribe (las dos unas apasionadas y estudiosas de este texto, lo cual agradezco). Si habitas por aquí, te espero, me dará gusto saludarte o conocerte, si no espero que consigas el libro y lo disfrutes (www.letrarojalibros.com) . De cualquier manera celebro siempre el nacimiento de un libro y desde cualquier latitud anímica o geográfica espero que estés conmigo y levantes una copa a su salud…

sábado, 14 de noviembre de 2009

Asamblea portátil









Selección y prólogo de Salvador Luis

Editorial Casatomada, Perú, 2009 

 Blog: http://asambleaportatil.blogspot.com

Del 28 de noviembre al 6 de diciembre en  la FIL de Guadalajara 2009: En el stand de la Alianza Peruana de Editores Independientes. Stand: NN07

Ahora que se acerca la FIL en Guadalajara, muchos nuevos libros y valores se acercan un poco más a nosotros, una de las recomendaciones para está ocasión es la excelente antología que ha hecho Salvador Luis con nuevos escritores Iberoamericanos. Busquen este libro que no va a defraudarlos...  Aquí les dejo algo de la contraportada del texto para ir abriendo apetito:

 Hijos de Cortázar, Ribeyro, Lispector, Levrero, Aira, Bolaño, Bellatin, Pauls, Loriga, Rey Rosa, Vila-Matas... Nacidos entre 1974 y 1987, los veinticinco narradores de este muestrario iberoamericano –modernos para algunos, posmodernos para otros– irrumpen en la literatura de nuestros países a través de una crisis ideológica que amplía sus decisiones estéticas. Atendiendo a las vanguardias históricas, al Boom y Post-Boom y los McOndos y Kronens, así como a la baja y alta cultura en todas las disciplinas (navengando entre la Mona Lisa y el iPod), los autores más recientes utilizan un sampling que los libera de la carga social impuesta a sus antecesores para crear un panorama más diverso, sin limitarse solamente al estereotipo del país bananero, el dictador corrupto o la miseria que se resuelve con magia. Iberoamérica se transforma en la casa de lo ecléctico, y los autores de hoy, cada uno desde sus fijaciones y dilemas, nos muestran más de una rostro en un mundo que algunos no han dudado en llamar el mundo del afterpop.

 Autores seleccionados:

 Samuel Solleiro (España, 1982) - Rodrigo Fuentes (Guatemala, 1984) - Solange Rodríguez Pappe (Ecuador, 1976) - Juan Sebastián Cárdenas (Colombia, 1978) - Mónica Belevan (Perú, 1982) - Juan Ramírez Biedermann (Paraguay, 1976) - Jorge Enrique Lage (Cuba, 1979) - Fernanda Trías (Uruguay, 1976) - Miguel Antonio Chávez (Ecuador, 1979) - Rodrigo Hasbún (Bolivia, 1981) - Federico Falco (Argentina, 1977) - Mayra Luna (México, 1974) - Diego Trelles Paz (Perú, 1977) - Lara Moreno (España, 1978) - Rodrigo Blanco Calderón (Venezuela, 1981) - Katya Adaui Sicheri (Perú, 1977) - Diego Zúñiga Henríquez (Chile, 1987) - Leonardo Cabrera (Uruguay, 1978) - Elvira Navarro (España, 1978) - Maximiliano Matayoshi (Argentina, 1979) - Gabriel Rimachi Sialer (Perú, 1974) - Mauricio Salvador (México, 1979) - Claudia Apablaza (Chile, 1978) - Samanta Schweblin (Argentina, 1978) - Michel Encinosa Fú (Cuba, 1974)


miércoles, 28 de octubre de 2009

Despedida



                                         















                               Para Mamá
                                         (1946-2009)

Tu silencio nos reconforte
sea tu adiós nuestra bienvenida
lo que ya no eres en
                                nosotros sea
y tu recuerdo quede
        como fruto en la memoria.

lunes, 12 de octubre de 2009

Más sobre la saga de la doctora Julia Dench



Lo que resta del año es probable, ya que en realidad todo tiempo muta y si no se esconde, estaré haciendo las investigaciones pertinentes para una nueva entrega sobre los casos de la doctora Dench, su preocupación por la condición humana y su debilidad por lo sobrenatural. Esto último le ha valido su desprestigio internacional pero el reconocimiento de sus lectores. Jamás imaginé el éxito que este personaje y sus casos iba a desatar entre público tan diverso y de múltiples edades. En verdad cuando me invitaron a participar con una novela juvenil de carácter fantástico con un toque de terror acepté porque me pareció, en su momento, un reto interesante. Ahora debo reconocerlo estoy cautivada por el personaje de Julia Dench  que reclama un tercer libro (la editora también), y con ello una saga, lo que me permite seguir jugando para sostener la coherencia (la cordura) de una investigadora de lo paranormal a la usanza de los escritores del XIX y principios del XX:  Martín Hesselius  del escritor Sheridan le Fanu, el profesor Challenger de Conan Doyle, Jan Ray de Harry Dickson, por mencionar algunos.

La doctora Dench ya se ha vuelto entrañable para algunos seguidores que desde la red comentan y recomiendan las primeras dos entregas: La criatura del espejo (2007) que ya va sobre su primera reimpresión, se agotó la primera edición, siguiéndole El enigma de la esfera (2008) que también está agotándose rápidamente y contiene unas ilustraciones bellísimas de Beatriz Martín Vidal. Ahora viene el tercer caso, del que debo reconocer no tengo una idea muy clara en este momento de cómo va a gestarse, pero tratará muy probablemente sobre las pesadillas, el mundo onírico y algunas sorpresas más. Realmente a mí me emociona más que a los lectores, seguramente, crear esta nueva entrega, pues cada vez que me acerco a este personaje aprendo muchísimas cosas, me divierto. Así que espero que los seguidores de esta dama de las profundidades del ser humano, de esta doctora que investiga lo siniestro y por lo mismo está más cerca de lo que somos, logre cautivar a sus lectores como lo ha hecho hasta ahora. Y si tú, que lees estás líneas no la conoces sería un buen momento para sumarte a su legión o para ser de sus detractores, ya seas de un bando o de otro lo importante es que Julia Dench desde su oficina y acompañada por sus cavilaciones sigue la línea de lo oculto para reconocer y reconocerse en esta aventura escabrosa que se esconde en esos laberintos de la imaginación humana.

Los libros La criatura del espejo y El enigma de la esfera están publicados por Progreso Editorial, en la colección Piel de Gallina.

jueves, 1 de octubre de 2009

Sobre lo fantástico mexicano


Para aquellos que han preguntado sobre mi interés en la literatura fantástica, he aquí un libro que la editorial LetraRoja Publisher publicó en 2008. Ahí se reúnen algunos de las trabajos de análisis que he escrito sobre autores mexicanos que considero fantásticos y que además me gustan. Desde Pedro Páramo de Juan Rulfo hasta Carlos Fuentes con su fascinante novela corta Aura, pasando por el Tiempo destrozado de Amparo Dávila (a mi parecer junto con Guadalupe Dueñas las mejores en este género), y tocando una de las variantes nocturnas “La noche de Margart Rose” de Francisco Tario, es que este libro se conforma y se presenta al lector. Sin pretender hacer teoría sobre lo fantástico y sin intentar decir todo sobre estos textos, voy proponiendo mi lectura y mi pasión por una literatura que me parece importante y sobresaliente en el gran contexto de lo literario.Para saber más sobre este libro pueden visitar: www.letrarojalibros.com  

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Asunto de pez


Me han preguntado: ¿por qué los peces? Quizá este texto que escribí hace tiempo les conteste...

Asunto de pez.

Desde la cama lo veía ir y venir sobre el azul celeste del muro. Ahí estaba su pez dorado, brillando displicente, con una cola llena de pliegues. Él se sabía observado. Su ego le obligaba entonces a moverse con lentitud para que Carolina lo admirara como una bala de oro que buscaba herir cualquier superficie. Además ese pez era un secreto, por eso siempre Carolina, antes de salir de su habitación, le suplicaba que se mantuviera detrás del armario: "No salgas, espérame aquí."

Y así le iba la vida. Cuando llegaba del colegio se refugiaba inmediatamente en su habitación para contarle a su pez dorado toda la faena inmunda del colegio. Para decirle que tenía otros amigos peces escondidos entre los árboles y entre los pupitres: "tú sabes, peces de tierra y peces de escuela". Eso no era verdad, sólo lo decía para que el pez se deslizara por el muro con sus ojos llenos de océano celoso. Pero aquel momento de incertidumbre duraba poco, luego de un rato se reconciliaban y conversaban largamente.

Su madre encontró extraño aquel aislamiento, ese encerrarse y tumbarse en la cama para mirar un muro azul celeste, ese hablar bajito como si la voz se la hubiese tragado una ballena:

-Debe estar enferma, debe estarlo.

Lamentablemente, eso dijo.

Habló entonces con el padre, quien quedó tan consternado y se enojó tanto imaginando que Carolina estuviera enferma, porque ya habían descartado cualquier otra posibilidad.

-Hija, ¿por qué sólo miras ese muro azul? Ahí no hay nada.

Ella se tapó la cabeza con la almohada y no quiso oír la pregunta de su madre. Se limitó a guardarse debajo de las sábanas como su pez dorado detrás del armario. La madre mientras tanto miraba con empeño el muro azul celeste, intentando acaso descubrir entre los pliegues de una pared arrugada algo que le dijera: "Tú hija no ha naufragado." Pero nada, ni un eco traído de esa inmensidad azul.

Al día siguiente, cuando Carolina salió al colegio, su madre entró como una espía a su habitación con la consigna de inspeccionar todo, cada metro, cada centímetro, cada milímetro de aquel lugar. Así con esa obstinación que se finca en la incertidumbre, encontró detrás del armario un pez dorado. Ahí estaba sonriente y feliz, rodeado de plantas verdes pintadas con crayón, detenidas, para que no se fugaran del muro, con piedritas hechas de papel aluminio. La madre no supo qué pensar, se desarmó su capacidad para deducir, para intervenir en aquel asunto de pez. Sin remedio sintió cómo la marea le arrastraba a la cordura, y con lentitud nadaba en ese muro mientras observaba los ojos llenos de océano de ese pez. Y lo miró también desplazarse de un lado a otro, lo miró acercarse... buscó el jabón y la jerga para limpiar aquel desastre.

-Si mi hija quiere un pez, tendrá uno verdadero.

Como si la verdad pudiera comprarse en una tienda de animales.

Al llegar Carolina del colegio, sin detenerse a saludar a nadie, entró a su habitación abstraída por un mal presagio. Sí, un mal presagio. Buscó detrás de su armario y sólo encontró el muro raspado violentamente. Se tumbó en su cama, no pudo llorar. Su madre abrió la puerta, parecía una ola tranquila que busca la playa de una isla desierta, era una sirena que promete la luz y lleva entre sus escamas la noche, porque así la vio Carolina, oscura y siniestra. La madre se acercó con un pez dorado agitándose dentro de una bolsa de plástico.

-Es para ti. Tómalo.

Pero ella suspiró y buscó refugio entre las sábanas que la sepultaron como arena.

-No lo quiero. Llévatelo, no lo quiero.

La madre se encontró de pronto a la deriva. La cólera la invadió porque cuando se ha estado tanto tiempo sola entre el mar el horizonte se pierde, se pierde. Y con la violencia propia de quien no encuentra puerto sacó de la cama a Carolina y la obligó a tomar entre sus manos al pez.

-No lo quiero.

Decía la niña sosteniendo aquel sustituto. Entonces, al ver a su madre molesta e injusta, jalándola del brazo y diciéndole cosas que ella dejó de escuchar, sintió dentro de su cabeza una tormenta, se acercaba hiperviolenta para arrancarla del suelo. Era un huracán que le nacía con odio, no, con impotencia. Sí, eso fue la que la orilló a tirar el pez al suelo, patearlo, estrellarlo contra el muro azul celeste, y ver con sus ojos, esteros desmedidos, la agonía de aquel intruso. Su madre sólo pudo consolar su tragedia con una bofetada. Carolina sólo pudo recibirla y mirar a la sirena siniestra cerrar la puerta diciendo:

-Esto lo sabrá tu padre.

Sin importarle gran cosa, pues ya no había anclas fuertes en su vida, buscó entre sus cajones un crayón dorado y comenzó a dibujar peces sobre el muro azul celeste. Aquí y allá peces felices, displicentes. Aquí y allá nadando sobre la pared. Así pintó y pintó peces hasta que su padre la abrazó muy fuerte y la obligó a dormir.

-Si quiere pintar peces, déjala.

Dijo el padre.

-Ella no está bien. Tú no viste cómo pateó al pez que le compré.

-Déjala.

-No.

Al día siguiente Carolina no quiso desayunar y su padre fue quien la llevó al colegio. La madre entonces sacó los rodillos y los botes de pintura. Se armó de una fuerza indiscutible y en menos de tres horas pintó de verde el muro azul celeste.

-No más peces en esta casa.

Aquel verde a Carolina le hirió los ojos. Se tumbó en la cama y no pudo llorar. Después de un rato de tristeza encallada, se puso en pie. Buscó entre sus cosas un crayón negro y comenzó a pintar peces moribundos sobre ese verde porque se dio cuenta que todo era muerte y que todo estaba muerto.

Cuando su padre fue a buscarla, miró con agonía aquel verde que dejaba caer peces negros, como hojas de holocausto, al suelo. Peces que se sacudían asfixiados en las celosías de la habitación. Y tratando de no pisar aquella marea oscura sacó a Carolina de ahí.

Esa noche, mientras cenaban, los tres guardaron silencio, estaban de duelo...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ahí viene un vagón cargado de...Aventuras



Mucha gente me pregunta en dónde escribo, que de pronto encuentran cosas mías aquí o allá , que van a las librerías y preguntan por mis libros: siempre agotados; cosa que me parece maravillosa, quiere decir que mis textos trabajan tanto que se agotan y se van a descansar (ya he dicho: lo que escribo una vez impreso hace lo que le da la gana, por esa misma razón no puedo controlar a dónde van y si van a regresar). Pero ¿dónde descansan? Quisiera suponer que en las manos de algún lector que logró, por cosas del azar o del destino, encontrar un libro mío hiperquinético, pues nunca están donde deben estar.

Pero donde si estoy, habito y disfruto de ser,  es en los libro que edita la reconocida Arianna Squilloni ya sea en colecciones de otras casas editoras o en su editorial barcelonesa A buen paso. Quizá estoy ahí siempre porque ella ha sabido tirar de mis textos y mantenerlos a raya, a su merced, haciendo de las suyas pero al alcance de todos. Arianna que es mi editora ( ya ahora amiga) de textos juveniles e infantiles, ha logrado lo que pocos editores, tenerme quieta y trabajando. Me ha rodeado de excelentes compañeros de juego: Zulema Galeano que ilustró la novela La Criatura del Espejo, y después invitó Beatriz Martín Vidal para que brincara la cuerda loca loca  de la novela El enigma de la esfera con unas ilustraciones fuera de serie, maravillosas.  No contenta con ello me llevó a la feria y me dijo: “¿Te gustan los trenes?”  Mucho, le dije, “pues aquí tienes el Transiberiano ponte a jugar con él, con Julio Verne y con Marcè López”, otra impresionante ilustradora.  Y en rayuela frenética hicimos el cuento “El expreso azul”, que se contiene en Un vagón de Aventuras.

Este libro que les comparto ahora posee seis cuentos, todos estupendamente bien escritos e ilustrados, que hablan de los trenes más famosos de la historia que llevan como pasajeros a escritores reconocidos por su libros de aventuras, que de la mano de escritores como Juan Arjona, Daniel Nesquens, Annuska Angulo, Antonio Lozano, Albert Guell Juanola, y de ilustradores de la talla de Alba Marina Rivera, Nicolai Troshinsky y la ya mencionada Marcè López, somos guiados por la maquinista principal Arianna Squilloni, y se antoja ya como un libro entrañable.

Y pues sí, ahí estoy, ahí me encuentro, y soy feliz en ese gran patio de juegos que Arianna posee y comparte. Por cierto, ahorita estoy haciendo fila para el gran estreno de Papá oso, ya les contaré de este proyecto más adelante, por lo pronto me divierto de lo lindo con mi nuevo compañero de juego el ilustrador Jacobo Muñiz. Así que impredecible, como dicen que soy, y escurridiza como otros me califican, ya saben donde me detengo a descansar siempre, entre las páginas de estos libros que se me antojan eternas y que Arianna cultiva A buen paso, a buen paso...

 

domingo, 6 de septiembre de 2009

Sobre hiperbreves


Una de mis debilidades en cuento: los hiperbreves, me enloquecen. En la actualidad se han instituido como una nueva línea dentro del género, aunque la verdad ya les cultivaban desde el siglo XIX; como buen ejemplo están Los cuentos crueles del francés Villers de L’Isle-Adam o aquí en México el escritor Julio Torri, éste último de principios del XX. Sobre este tema escribí algo hace tiempo en www.literaturas.com cuando me invitaron a participar en un especial sobre hiperbreves, “Universos bajo cero” titulé mi comentario. En fin, te comparto ahora, una minificción que forma parte del libro Sirenas de Mercurio, que me publicó Amargod Ediciones en España (2007). La brevedad y su intensidad siempre serán para mí tan seductoras como la noche. Ojala te guste el texto:

Deformando la historia.

El mito es una cosa terrible, una etiqueta por la cual muchos individuos pasan a la eternidad creándose una fama desastrosa. Seguro desde sus tumbas, remotas y olvidadas, les da hasta pereza reclamar cualquier cosa, incluso, porque son mito y no leyenda, hasta advertir al lector que nunca existieron. En fin, cosas de esta vida culebra, para ir a tono con el personaje del que se habla: Medusa.

La historia no oficial (o sea la verdadera, si no nos ponemos relativos), la sitúa en una lejana comunidad de Grecia donde por desgracia era la más bella de todas las mujeres de su comarca. Pero como la belleza no viene sola también le tocó estar repleta de locura. Este inconveniente no disminuía su atractivo y, hombres de todas las latitudes venían a verla con la intención de pedir su mano. Ella, por supuesto, abstraída del mundo sólo se limitaba a reír. Cuentan, (rumores de la historia he dicho) que Medusa les advertía sobre su cabellera llena de serpientes venenosísimas, celosas y traicioneras que nunca le permitirían tener varón en su lecho. Y con esa voz, como sacada de un cajón del cielo (todo en ella era una bendición de los dioses, menos su razón), les murmuraba al oído: “Si no fuera por las víboras te haría el ser más feliz de la tierra pues es a ti a quién amo”. Luego los acompañaba a la puerta y los despedía para siempre. Entonces, comenzó el mito: los hombres abatidos se iban con el corazón petrificado y roto.

Si quieres leer Universos bajo cero entre en:

http://www.literaturas.com/eudave.htm

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Bestiaria Vida




En diciembre de 2008 salió la edición de mi novela Bestiaria Vida, con este texto gané el premio nacional de novela "Juan García Ponce", es mi primera novela, he cultivado más el cuento. A pesar de que antes ya había publicado dos novelas juveniles, Bestiaria Vida fue la primera que escribí, tardó un poco en encontrar su lugar y salir publicada, pero finalmente lo consiguió ya que fue escrita con todo el tiempo que necesitó, cerca de 4 años. Sí es corta (100 pp), pero en su momento tuvo cerca de 160 páginas. Yo creo que una vez que los textos son escritos y luego revisados, después de dejarlos descansar un tiempo, demandan ya con autonomía cómo quieren ser terminados. ¿O será que yo dejó que mis textos de forma caprichosa hagan lo que se les antoje? En fin, Bestiaria Vida dijo "Así me quiero" y así quedo.Te invito a que la conozcas, está publicada por Editorial Ficticia, se encuentra en las librerías desde febrero de este año.








sábado, 29 de agosto de 2009

Entre lo lúdico y lo literario


Iniciar un blog para mí ha sido una aventura “fantástica”, si bien voy y vengo por la red, me confieso un poco torpe para el manejo de este lenguaje que ya viene devorándonos a todos desde el siglo pasado. No sé muy bien a donde iré y si iré, pero muchos amigos y colegas en el mundo de lo literario me insistieron en tener un espacio donde pudiera compartir con y en otras latitudes mentales, cosa que en realidad es lo que más me emociona: encontrar receptores que estén en sintonía con mis universos. Espero que aquellos que entren en esta habitación cibernética, que no busca la razón sino la lucidez, me ayude a seguir en este camino que se me antoja lúdico y literario.