viernes, 4 de junio de 2010

Una escuela en las montañas




















Durante mi viaje por Corea del sur, tuve la oportunidad, de mano del profesor Kim Chang Min, de conocer la primera escuela confuciana en medio de las montañas y rodeada de un silencio abrumador. Utilizó esta palabra porque estando ahí en medio de la naturaleza me sentí totalmente descontextualizada y me dolió ser tan urbana. Me imaginé, ahí, en ese contexto pensando en lo que podría escribir, reflexionar y leer en un lugar donde se ve el río en cualquier lugar que te ubiques. Ese río que es, sin más, el fluir inevitable de las cosas. Definitivamente mi sentido de la realidad sería otro y mi visión del mundo también. Sí, es verdad que a veces quisiera estar completamente sola, pero ahí en medio de aquella paz y tranquilidad tan añorada, me encontré incapaz de gobernarla y gozarla. Definitivamente los espacios determinan lo que somos, y sin embargo, cuanta nostalgia siento ahora que no estoy ahí en medio del silencio. Somos lo que somos un manojo de contradicciones habrá que aplicarse el concepto zen de la nada... Finalmente a cada causa se adhiere su efecto.

No hay comentarios: