Recientemente presenté el nuevo
libro del escritor argentino Pablo Brescia Fuera
de Lugar, texto publicado en Perú por Borrador Editores y que ha tenido muy
buena aceptación entre el público, no sólo peruano, sino mexicano también.
Aunque el libro no circula en la librerías locales, pueden adquirirlo por
Internet. A continuación dejo algunas impresiones que destaqué del libro de
Brescia y su excelente prosa:
Fuera de lugar es un libro poderoso donde las anécdotas varían
pero las preocupaciones permanecen como visitantes reincidentes en las 12
historias que integran el volumen dividido en dos partes: Lugar y Fuera. No puedo evitar mencionar que los
relatos que componen Lugar, se ubican ya desde el subtítulo como una
insinuación a la búsqueda y reafirmación de lo propio desde el territorio alienante de los Estados Unidos. Al no encontrar un espacio físico en el cual
depositar y conservar sus orígenes, su historia cultural o familiar, los
personajes —a pesar de interactuar con los locales—, construyen universos
paralelos para subsistir, para desde la inventiva recrear lugares concretos y
habitarlos: un libro, un hotel, un auto, o abstractos: un recuerdo mortificado,
una imagen fantasmagórica, una tienda imposible. Este libro nos demuestra en la
prefiguración del espacio y en la configuración de sus personajes, que el gran
tema de la literatura no es ya la aventura del hombre lanzado a la conquista
del mundo exterior sino la aventura del hombre que explora los abismos y cuevas
de su propia alma. De ahí que la segunda parte, Fuera, mediante esa ironía
sutil que no alza mucho la voz porque se filtra serena y certera entre las historias de Pablo, se presente como el
reclamo de estas almas abismadas o al margen de la existencia en esa
necesidad de ser tomadas en cuenta. Y tocan todas las puertas posibles desde sus desgracias, desde sus batallas personales, sin justificarse, sin hacer
proselitismo, sólo se muestran y buscan un “lugar”.
En su
conjunto, los relatos de Pablo Brescia están llenos de detalles, de referencias
intelectuales e intertextuales, con francos homenajes a los escritores que nutren sus historias como Raymond
Carver o David Foster Wallace, ofreciendo al lector diferentes niveles de lectura,
de placer. Brescia se adentra en los desafíos, en los laberintos evocativos y
reta a su lectores a deducir en el juego. Pero no se crea que todos los cuentos
son una delirante puesta en escena de la erudición de Brescia o de su crítica
ácida hacia los Estados Unidos desde la perspectiva de emigrado; no, este conjunto
de relatos es también apuesta a narrar mundos propios, donde los
personajes van en busca de refugio para encontrarse consigo mismo. Donde la
prosa depurada, fluida, acaso melancólica a momentos, nos
conduce con cautela, pero sin escatimar en recursos literarios, sin omitir la
sorpresa, sin dar una vuelta de tuerca al lugar común, a la emoción reprimida o
violentada. Fuera de lugar, nos
ubica, curiosamente, en un lugar: el de la reflexión, para decirnos que se
transita no solamente en lo otro o por el otro, sino en la palabra, única vía
de comunicación posible entre el recuerdo y la vida imaginada, ahí donde nunca
estamos fuera de lugar.
Para saber más sobre Pablo Brescia vista su blog: http://pablobrescia.blogspot.mx/
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